12 señales que te indican cómo controlar el azúcar en la sangre
A veces no somos conscientes de cuál es el estado de nuestro azúcar en la sangre hasta que no da la cara con síntomas más visibles. Aquí te acercamos 12 señales que te indican cómo controlar el azúcar en la sangre cuando está fuera de control.
El azúcar en sangre -la glucosa- es en realidad una de las mejores cosas que nos ha podido dar la madre naturaleza. Es uno de los componentes de la química corporal que nos ayuda a seguir vivos, sanos y felices.
Cuando la glucosa se encuentra a niveles correctos, no solo se suele tener un buen estado de ánimo. Más importante aún: significa que tenemos un sistema inmunitario en condiciones, bajos niveles de estrés y, entre bastantes cosas más, un buen descanso nocturno. Pero cuando el nivel de azúcares complejos en sangre sube y se coloca a niveles demasiado altos para después “estrellarse”, es decir, caer a niveles demasiado bajos, los efectos en el cuerpo pueden llegar a ser devastadores.
Es por eso que el cuerpo se ocupa constantemente de mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de unos determinados niveles. Lo consigue a través del esfuerzo coordinado de diversas glándulas y sus hormonas.
Para entender el tema de cómo controlar el azúcar en la sangre
Cada vez que comemos, el azúcar que contienen los alimentos que hemos ingerido elevan los niveles generales de azúcares complejos en nuestra sangre. Nuestro cuerpo responde a ello segregando insulina, una hormona producida por el páncreas. La insulina lo que hace es rebajar los niveles de azúcar al incrementar la velocidad a la que las células de nuestro cuerpo absorben el azúcar.
Si te pasas demasiado tiempo sin comer absolutamente nada, o tomas una comida no demasiado recomendable (léase comida con alto contenido en azúcares, como por ejemplo la llamada “comida basura”) y también cuando se sufre de un desequilibrio hormonal por las razones que sean, nuestra tasa de azúcar en sangre caerá a niveles demasiado bajos. En estos casos, nuestras glándulas segregarán adrenalina y cortisol para hacer frente a la situación. Si esto ocurre, lo que se debería hacer es comer inmediatamente algo para volver a incrementar paulatinamente los niveles de azúcar de nuestro cuerpo.
Hablando en términos generales, con tres comidas regulares al día se mantiene el equilibrio de los niveles de azúcar sin ningún contratiempo. El problema aparece cuando por alguna razón se sale de este equilibrio y el cuerpo se embarca en una especie de montaña rusa pero en un vehículo sin frenos y sin nadie al mando.
¿Cómo saber si estamos en vía de tener un problema de azúcar?
12 Señales que indican que nuestro azúcar está fuera de control
- Tu cintura es más ancha que tus caderas
- Dificultades o imposibilidad de bajar de peso
- Apetito desmedido por los dulces o algo dulce en general
- Encontrarse irritado si no se ha comido
- Encontrarse de mejor estado de ánimo después de haber comido
- Lloros sin razón aparente
- Sentirse de alguna forma “descolgado”, desconectado de lo te rodea
- Caer en la ansiedad por cualquier motivo
- Despertarse con frecuencia durante la noche
- Estar continuamente hambriento
- Tener mucho sueño ya a primera hora de la tarde
- Haberse sometido a algún tipo de análisis que mostrase altos niveles de azúcar y triglicéridos.
Si has respondido con un “Si” a la mayoría de los puntos, es probable que necesites tratar con un médico el tema de tu nivel de azúcar. Hay toda una serie de medicamentos que pueden ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre.
Hasta que eso ocurra, lo que también se puede hacer es cambiar inmediatamente de dieta. Unos niveles de azúcar altamente fluctuantes suelen ser el resultado del consumo excesivo de alimentos con un alto contenido en azúcares simples o refinados.
Comer para controlar el nivel de azúcar
Naturalmente es importante evitar consumir alimentos que eleven los niveles de azúcar. Un instrumento interesante para ayudarnos a determinar qué alimentos evitar y cuáles comer con moderación es el llamado Índice Glicémico (IG). Se trata de una escala numérica que nos indica a qué velocidad y hasta qué grados se elevan nuestros niveles de azúcar en sangre según los niveles de glucosa normal de un determinado alimento. Los azúcares refinados, los productos con o a base de harina blanca y otras fuentes de carbohidratos y azúcares simples son absorbidos rápidamente por el flujo sanguíneo, elevando por lo tanto nuestros niveles de azúcar a velocidad muy alta. Entran en esta categoría la gran mayoría de los ingredientes utilizados en la llamada “comida rápida”, por lo que si se tiene problemas con el azúcar, es preciso evitarla y a rajatabla.
Los mejores y los peores alimentos para nuestros niveles de azúcar
Aquí viene una lista de alimentos que todos comemos pero de los que seguramente desconocemos cómo afectan a nuestro nivel de azúcar en sangre según el IG. Por lo tanto, hay que saber qué se come y cómo se dosifica y controla lo que se come.
A consumir moderadamente o evitar del todo son todos los alimentos con índice glicémico muy alto. Entre éstos se incluyen el azúcar refinado, las galletas, las tostadas de arroz y las barritas de cereales.
Los siguientes alimentos presentan un índice glicémico alto, pero no tanto como para tener que ser evitados del todo: pan blanco, zanahorias, maíz, alubias, patatas, el arroz blanco, plátanos, uvas pasas y la remolacha. Mantener la ingesta de los mismos a niveles mínimos.
Los alimentos con un índice glicémico medio incluyen la fruta dulce, como las uvas, los melocotones, la piña, naranjas y los melones. Los alimentos con fécula e índices glicémicos medios son por ejemplo el arroz integral, la pasta, los copos de avena y los guisantes. Estos alimentos se pueden tomar por su aporte de energía, pero no conviene nunca excederse con ellos.
Si hay una serie de alimentos que mantienen los niveles de azúcar en sangre en buen equilibrio y que se pueden comer sin problemas. Son aquellos con unos índices glicémicos bajos: las manzanas, albaricoques, cerezas, el pomelo, los espárragos, el broccoli, el apio, lentejas, las nueces y los frutos secos.