5 alimentos “naturales” que están lejos de serlo
A diario consumimos gran cantidad de alimentos “naturales” que en realidad se alejan bastante de este concepto. Mucha de la comida de la que nos alimentamos es precocinada o proviene de alimentos procesados y que nos la venden como si estuviese creada de forma natural. Adquirimos calorías a diario en nuestro cuerpo debido a este tipo de productos que consumimos en grandes cantidades y que siempre pensamos que son naturales. Están etiquetadas como comida “light” o “saludable”.
El marco legislativo europeo aún no tiene una normativa clara respecto a los productos que se venden en el mercado etiquetados como “sanos” o “saludables”, lo que hace que se vendan de esa manera cuando no lo son.
Estos alimentos “naturales” son muy recurrentes y siempre pueden sacarnos de un apuro. Incluso pueden llegar a ser más baratos y fáciles de cocinar que los verdaderos alimentos naturales pero detrás de todo esto se esconden sus conservantes no naturales, aceites y azúcares artificiales. Esas alternativas “sanas” que buscamos a veces son incluso peores que otros alimentos menos sanos por naturaleza.
Estos alimentos etiquetados como “sanos” e incluso como si fueran de la dieta mediterránea, simplemente es la respuesta de la industria hacia lo que los consumidores demandan. Técnicas de marketing a las que los consumidores responden positivamente.
Productos lácteos bajos en grasas
Muchos de los productos lácteos que vemos en los supermercados son “light” o bajos en grasas. Esto conlleva a una contradicción enorme. La leche tiene grasa por naturaleza y si de forma industrial se le quita, estos productos serían totalmente insípidos. Al probar alguno de estos alimentos “naturales” bajos en grasas, podemos comprobar que sí tienen sabor. ¿A qué se debe entonces? Pues a que en la mayor parte de los casos se le añaden ciertos elementos sustitutivos como edulcorantes artificiales, saborizantes, fructosa, etc. que lo que hacen es mejorar la apariencia y el sabor pero que son muy poco saludables.
Aceites vegetales VS aceites naturales
Lo normal es obtener aceites de productos grasos en sí mismos como por ejemplo la oliva, el coco, frutos secos, etc. De esta manera obtendremos el aceite más sano. Sin embargo, lo que se hace desde hace años y que no tiene tanta lógica es extraer aceite de vegetales o semillas que no son grasos en sí mismos.
Varios aceites como el de girasol, colza, soja, o maíz, son empleados en las cocinas de todo el mundo pero lo que la gente no sabe es que la extracción de este tipo de aceites se hace mediante un complejo proceso en el que se incluyen disolventes químicos para su refinado antes de sacarlos al mercado. Este tipo de aceites suele ser más barato que un aceite natural como el de oliva puesto que se reducen los costes de producción al utilizar materiales modificados; en ocasiones, estos productos se vuelven rancios cuando llevan demasiado tiempo en las estanterías de los supermercados y de ahí su mala calidad.
Zumos envasados
Los zumos envasados son otro alimento “natural” que en realidad contiene una mínima parte del auténtico zumo. Un zumo de verdad de fruta fresca no podría comercializarse puesto que sus vitaminas no aguantarían en las estanterías de los supermercados. Las etiquetas de los zumos comprados muestran ciertos componentes que un zumo natural de verdad, no debería contener; por ejemplo, jamás contendría almidón de maíz modificado, conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, etc. Todos estos ingredientes mejoran la duración del producto y le dan la apariencia de “natural” dándole un sabor similar.
También al crear este tipo de zumos, todos ellos pasan por ciertos procesos de calor que acaban con las vitaminas de la fruta y verduras por lo que después se les añaden multi-vitaminas de origen químico.
Sustitutivos del huevo
El huevo es un alimento rico en proteínas que para mantenarlas es necesario que consumamos huevos frescos, algo que es imposible para el consumidor y para la gestión de los supermercados. Si nos fijamos en las etiquetas de los huevos que compramos habitualmente, el producto que consumimos son huevinas. Si nos fijamos en sus ingredientes, contienen algunos que no tienen nada que ver con el huevo por lo que no son nada naturales.
Fiambres cárnicos
Los fiambres cárnicos como el jamón york, chóped o mortadela, se han convertido en un elemento principal de la dieta española o de la merienda infantil.
Los fiambres eran carne picada, mezclada, embutida y después cocida para el consumo. Contenían grandes cantidades de sal como conservantes y algunas especias como por ejemplo la mortadela de aceituna. Hoy en día estas especias añadidas han aumentado añadiéndole cada vez más aditivos no cárnicos y emulsionantes que potencian el relleno y aumentan la cantidad de sodio. Concretamente se añade el nitrito de sodio, un bactericida del que desconfían muchos científicos. Al igual que con otros productos, se añaden azúcares, aromas y potenciadores para compensar con la pérdida de grasa.