¿Qué 4 vitaminas en exceso pueden resultar muy perjudiciales?

Las vitaminas son un grupo de 13 compuestos vitales para mantener una salud óptima (de ahí su nombre: vit-aminas), lo que al mismo tiempo también implica que no deben ser tomadas en cantidades excesivas. Generalmente ingerimos vitaminas a través de nuestra alimentación habitual y en la actualidad también vía alimentos reforzados. A lo largo de los últimos 80 años se han ido sintetizando y haciendo más asequibles a todo el mundo en forma de suplementos y también de dietas.

La idea de usar determinados alimentos con una finalidad curarativa, como desintoxicar tu cuerpo, no es exclusiva de nuestro tiempo. Los egipcios aprendieron hace más de 2000 años que alimentar con hígado –del que ahora se sabe que es rico en vitamina A- a una persona con muchos problemas de visión podía llegar incluso a curarla. De la misma forma, marineros del S. XVII que padecían de escorbuto –y ahora se sabe que el escorbuto es una deficiencia de vitamina C- aprendieron a revertir los síntomas consumiendo grandes cantidades de cítricos.

La actual disponibilidad generalizada de vitaminas ha redirigido las preocupaciones científicas  a los efectos del excesivo consumo de las mismas, antes centradas en los déficits vitamínicos y sus consecuencias para la salud. MásQueSalud está siempre al día y encontró un reciente titular se refería a una investigación que demostraba que la vitamina B3 (es decir, la niacina) puede llegar a ser perjudicial e incluso peligrosa si se administra en grandes dosis a pacientes con unos niveles anormales de colesterol.

¿Hasta qué punto deben preocuparnos las vitaminas?

1. Niacina

La enfermedad del Pelagra está causada por una deficiencia de vitamina B3. En paralelo, durante los últimos 50 años se ha utilizado la niacina para disminuir los niveles totales de colesterol pero aumentando al mismo tiempo las concentraciones de colesterol HDL. Por lo general, todos nosotros necesitamos solamente entre 20 y 35 mg. de niacina al día, pero para controlar los niveles de colesterol se lleva administrando a determinadas personas unas dosis que pueden llegar incluso a los 3000 mg. o más al día.

La niacina lleva siendo utilizada en medicina desde hace muchos años, pero hay que tener en cuenta que su uso fue aprobado cuando todavía eran muy poco habituales los estudios sobre posibles efectos colaterales. Dos estudios científicos publicados ahora han demostrado que no pueden detectarse beneficios en cuanto a la salud cardiovascular prescribiendo niacina. Pero los mismos estudios mostraron también que la niacina reducía en 18% el riesgo de contraer una úlcera, los problemas musculares y de gota en un 26%,  los problemas dermatológicos en un 67%, las infecciones en un 22% y las hemorragias crónicas hasta en en 38%.  Pero también que pacientes medicados con niacina mostraban igualmente un 18% de mayores probabilidades de serles diagnosticada una diabetes.

2. Vitamina D

El cuerpo humano produce vitamina D de una forma natural al estar expuesto a la luz solar. Es una vitamina necesaria para absorber calcio, el hierro, magnesio y zinc además de fósforo y sólo ahora estamos en proceso de comprender su relevancia a la hora de ayudar a prevenir las enfermedades coronarias y el cáncer.

Mucha gente presenta niveles bajos de vitamina D, por lo que los suplementos de  la misma se han vuelto muy útiles y también de consumo muy habitual. Sin embargo y sabiendo que es la cantidad la que determina una posible toxicidad de esta vitamina, cada día visito a pacientes a los que han aconsejado tomar cantidades diarias enormes de vitamina D (generalmente 10.000 unidades individuales e incluso más), lo que eleva sus niveles en sangre a rangos claramente excesivos.

La vitamina D es un elemento soluble en grasa (al contrario que las vitaminas C y B, que a largo plazo no se acumulan en los tejidos) por lo que seguirá presente en el cuerpo durante un largo período de tiempo, sobre todo si se ingiere en exceso. Una sobredosis de vitamina D puede ocasionar unos altos niveles de calcio en sangre, lo que conducirá a un apetito escaso, náuseas y vómitos. También implica el riesgo de padecer piedras de riñón.

3. Vitamina A

Se trata de otra vitamina soluble en grasa y necesaria para nuestra visión, salud inmunitaria y funciones reproductivas. De forma natural conseguimos la vitamina A a través de los lácteos, el pescado y la carne (donde aparece en forma de retinol) y también de aquellos vegetales que contengan la pro-vitamina beta-caroteno. Los análisis de nivel de esta vitamina todavía no son habituales entre los profesionales de la medicina.

Peo no debes de preocuparte de ingerir demasiada cantidad de vitamina A de fuentes vegetales, ya que el beta-caroteno no se convertirá en vitamina A si el cupo y reservas de nuestro cuerpo ya están cubiertos. Dosis por debajo de las 10.000 unidades de vitamina A suelen ser seguras para la mayoría de nosotros. Sin embargo, se puede llegar a tomar en exceso a través de determinadas dietas o la toma de complementos como, por ejemplo, el famoso y odiado aceite de hígado de bacalao. Las dosis excesivas de vitamina A pueden conducir a dolores de cabeza, mareos, náuseas y en casos extremos, incluso la muerte.

4. Vitamina E

Esta es la última de la lista de las vitaminas solubles en grasa y actúa como antioxidante. También refuerza el sistema inmunitario y previene la formación de los peligrosos coágulos en la sangre.

No obstante,  se ha podido relacionar dosis excesivas de vitamina E con el aumento de los casos de cáncer de próstata y pulmón. La vitamina E, administrada en grandes dosis, incrementa también el riesgo de padecer hemorragias, especialmente se se ingiere en combinación con otros anticoagulantes sanguíneos sintéticos.

Una sobredosis de vitamina E se produce a partir de 1500 unidades diarias de la misma en estado natural o 1000 unidades/día en caso de ser vitamina sintética.

La dosificación adecuada de esta vitamina en forma de gráfico es muestra excelente de la fuerte curva en forma de “U” que describe los efectos de la mayoría de las vitaminas. Es el típico ejemplo de cómo demasiado poco o demasiado mucho de algo puede ser perjudicial en ambos extremos, por lo que es de vital importancia saber cuál es la dosis exacta que se ha de administrar.

Lo que sí nos muestran todas estas vitaminas descritas es que en realidad son los alimentos naturales -y más todavía los ecológicos y biológicos- la fuente óptima de vitaminas con las que cubrir nuestras necesidades nutricionales.

Si crees que vas a tomar una dosis excesiva de algo que en principio es bueno y saludable, sigue la máxima de Salvador Dalí, que dijo en su día: “a veces creo que voy a morir de una sobredosis de satisfacción”

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