Rasgos de un hombre maduro y preparado para vivir en pareja

Las distintas dificultades a lo largo de la vida, hacen que se adquieran hábitos emocionales poco sanos como ocultar los sentimientos, ser duro y estoico o ser un auténtico soldado. Esta educación en los niños solo hace que aparentemente sean adultos una vez que crecen pero en realidad solo conseguiremos que sean incapaces de conectar emocionalmente con su pareja.

Pero no tiene que ser así,  podemos cambiar este estado de cosas. Se puede ser mucho más empático a la vez que emocionalmente fuerte.

Aquí os explicamos rasgos o señales que indican una madurez emocional (o en su caso, los 13 objetivos que debes plantearte si quieres alcanzarla):

1. Aceptar que tienes sentimientos

Los hombres emocionalmente maduros no se esconden de, se resisten a, o simplemente suprimen los sentimientos. Todo lo contrario: dan la bienvenida a los mismos, con sus mareas altas y bajas naturales. El sentir un fuerte malestar emocional es muchas veces el mejor maestro una vez que has experimentado la intensidad de una marea alta de malestar emocional causada por sentimientos tales como la tristeza,  por ejemplo. Ésta se retirará poco a poco de forma natural y habrás aprendido algo. El tener sentimientos no va a acabar contigo. Al contrario, precisamente salir corriendo ante su presencia lo único que hace es ocasionarte a medio y largo plazo un sentimiento de malestar emocional en general todavía más fuerte y sobre todo, una fuerte inseguridad en ti mismo.

2. Ser consciente de tus propios patrones de comportamiento dañinos

Cuando la vida desencadena una secuencia que desata respuestas emocionalmente indeseables, puedes reconocerlo o salir huyendo e ignorarlo. El resultado será la ira (lucha) y/o el distanciamiento auto-protector (huida). Reconocer y aceptar malestares emocionales como algo natural que puede pasar continuamente es la forma en la que tú mismo aprendes a manejar tus patrones de comportamiento y a manejar conscientemente tus respuestas a situaciones espinosas o incluso peligrosas que te plantea la vida.

3. Luchar por ser emocionalmente maduro

Ya simplemente el hecho de que estés leyendo este artículo indica que estás abierto alguna forma de auto-reflexión. Y si sientes curiosidad por el mundo de los sentimientos y las emociones humanas, es señal de que estás moviéndote intencionadamente en dirección a la madurez emocional. Eso sí, deberás ser consciente de que entras en un terreno desconocido para ti, lo que implica también vulnerabilidad. Pero, en vez de evitar que los sentimientos que aparezcan, ábrete a ellos, vívelos y trabájalos para entenderlos y asumirlos.

4. Abrirse al aprendizaje es crecer

Si por el contrario eliges mantenerte en tus antiguos parámetros aun reconociendo lo poco convenientes que son, continuarás teniendo los mismos problemas  lo largo del tiempo. Si, por el contrario, te abres y los ves como una forma de volverte una mejor persona, puedes comenzar a asumir el necesario riesgo que implica el abrirse también a más sentimientos y emociones. Todo ello te llevará hacia una mayor madurez y unas relaciones y una vida más plenas.

5. Comunicar abiertamente los sentimientos

Una vez que aceptas la existencia de sentimientos en ti, querrás saber qué hacer con ellos. Muchas veces, ya sólo esto puede ser sobrecogedor. Ponlo por escrito o trata de comentarlo con alguna persona en la que confíes. Si todo esto te descorazona y te hace querer dejar de tratar este camino, prueba a acudir a la ayuda de un terapeuta o consejero. Comunicar tus sentimientos a alguien te ayuda a definirlos, clasificarlos, entenderlos y sobe todo, a manejarlos y vivir con ellos.

6. Estar abierto a mantener conversaciones difíciles

La capacidad de hablar de tus propios sentimientos con otra persona de un forma abierta es una premisa para tener la capacidad de comunicarse abiertamente con la pareja en el marco de una relación sentimental. Es difícil sostener conversaciones emocionales que además muestren nuestros puntos vulnerables, especialmente para personas muy sensibles o cuando no se tiene demasiada experiencia con el lenguaje emocional.  La mejor forma para aprender es, como siempre, practicando.

6. Humildad

Los hombres tienen normalmente problemas para hablar abiertamente de sus emociones y sentimientos porque tienden a equipararlo a vulnerabilidad o entenderlo como una señal de debilidad. Una parte de la madurez emocional consiste en entender que la vulnerabilidad también implica fuerza emocional. No hay nada malo en que se te vea externamente como potencialmente vulnerable. Lo importante es que lo asumas, que aceptes ir más allá de tu ego y estés dispuesto a empezar el proceso de maduración aceptando que vas a ser un novato al principio.

7. Rodearte de hombres emocionalmente maduros

Los hombres llevan oyendo toda su vida que no se llora ni se comparten las emociones y sentimientos  con los demás. Al final, terminan por no hacerlo, ni siquiera en el campo de juego o en el puesto de trabajo. Pero seguro que encuentras a otros hombres más maduros emocionalmente que tú. Búscalos, acércate a ellos y si puedes, que te sirvan de faro o guía.

8. Liberar espacio emocional para sus parejas

Practicar la madurez emocional significa también liberar espacio para que quepa la pareja. Estar presente para ella y sus problemas, ser accesible y estar abierto a conversar significa también quedarse quieto, escuchar y hablar aunque el cuerpo lo que te pida es salir corriendo. Significa, en suma, no prejuzgar o no ser generoso emocionalmente cuando la otra persona te necesita.

9. Respetar los límites

Los hombres emocionalmente maduros saben cómo no herir a alguien o violar su espacio de intimidad.

10. Escuchar sin (pre) juzgar

Nosotros no somos terapeutas expertos en psicología, salvo que tú precisamente seas uno. Nunca prefijes o categorices de entrada los temas emocionales de una persona o los sentimientos que te exprese. No tienes que hacer nada especial ni juzgar nada cuando otros expresan sus heridas o sus sentimientos, excepto escuchar y escuchar con empatía.

11. Compartir sin esconderse

La madurez emocional requiere también compartir sentimientos que de entrada pueden avergonzarte, sacar al exterior sentimientos que en el fondo no quisieras sacar a la luz. Cuando lo haces, significa que reconoces que la otra persona es digna de confianza y que al mismo tiempo, si rompes esa confianza (vulnerabilidad), eres perfectamente capaz de sobreponerte a ello y manejarlo.

12. Ser compasivo y empático

La madurez emocional significa igualmente tratar de entender los sentimientos de los demás. Colocar tu propia perspectiva de las cosas en segundo plano y considerar la resolución de conflictos por encima de tu propia convicción de estar en lo cierto, lo que a su vez implica no atacar a la pareja a la primera, por ejemplo, cuando ella expresa emociones que quizás te hieren en lo más profundo. Es suma, practicar la tolerancia y la paciencia.

13. Generosidad emocional

Te das cuenta que tu rol es estar presente para ayudar. Estás allí  para echar una mano más que para imponerte a toda costa. Eso te hace experimentar temores o incluso penas, pero no significa que estés perdiendo por lo que debas pasar al ataque o al contra-ataque. Ser emocionalmente maduro es saber manejar estas situaciones – no se trata de un videojuego ni la situación significa que estés perdiéndolo. Ese será el punto exacto en el que una verdadera relación de pareja comienza de verdad. Ahora si podrás decir que estás ganado.

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