¿De dónde viene la asexualidad?
La ciencia sigue sin entender del todo de dónde proviene cualquier tipo de orientación sexual pero, sobre todo, existen muchas incógnitas sobre la asexualidad. ¿Es una patología médica, es un posible efecto colateral de un trauma físico o psicológico o es una consecuencia de un determinado proceso de medicación? Para desechar algunos falsos mitos sobre la asexualidad, se han desarrollado un número creciente de investigaciones que pueden arrojar un poco de luz a esta cuestión.
Adaptación evolutiva
A primera vista, la asexualidad aparecería como una desventaja en el proceso evolutivo: la falta de deseo sexual o el no deseo de tener relaciones sexuales con otro miembro de la especie reduciría casi las posibilidades reproductivas. No obstante, si se miran con más detalle algunos de los factores con los que está relacionada la sexualidad, es posible argumentar también que existan determinadas circunstancias en las cuales la asexualidad podría ser una adaptación a la evolución.
Algunos estudios dicen haber descubierto que la asexualidad está relacionada con niveles socioeconómicos bajos y con una estatura más baja. Estas dos relaciones aparentes nos conducen a preguntarnos si la asexualidad no aparece más bien en entornos en los que los recursos son escasos. En la medida que esto fuera cierto, la asexualidad podría, en teoría, apoyar la supervivencia del individuo al reducir el número total de la población y, por lo tanto, la presión sobre los recursos disponibles. En este sentido, es posible que la asexualidad tenga un propósito evolutivo no explícito.
Otro estudio reciente establece la asociación entre la asexualidad con bastantes de los factores relacionados con la homosexualidad, incluyendo la curiosa tendencia a ser zurdos y el orden por el que han sido dados a luz (los asexuales no suelen ser los primogénitos, ni los primeros en salir al mundo en el caso de partos múltiples como las personas homosexuales). Estos datos sustentan aún más la idea de que quizás exista una complicada vía biológica en dirección a la asexualidad que comienza a muy temprana edad y que es contraria a la teoría de que la asexualidad es la consecuencia o efecto secundario de alguna patología o tratamiento médico.
La asexualidad, otra variante más de la sexualidad
La asexualidad tampoco parece ser fruto de problemas para reaccionar a estímulos sexuales o experiencias sexuales traumáticas ya vividas. En otro reciente estudio se colocaron, tanto a mujeres asexuales como a mujeres no-asexuales, unos aparatos que recopilaban datos sobre su excitación genital mientras veían diferentes tipos de pornografía. Los investigadores descubrieron que era imposible distinguir entre mujeres asexuales y no-asexuales a la hora de evaluar la excitación genital mientras estaban expuestas al material pornográfico. En otras palabras, las mujeres asexuales disponen de unos genitales plenamente funcionales y sus cuerpos respondían a los estímulos de tipo sexual que les eran lanzados.
La única diferencia que sí pudo establecerse es obvia: una vez producida la excitación genital, las mujeres no-asexuales mostraron deseos de tener sexo, algo que no sintieron las mujeres asexuales, que tampoco mostraron ningún cambio en su estado emocional. Es decir, que las personas sexuales perciben mentalmente la excitación física-genital de forma diferente a las personas no-asexuales, a las que los estímulos sexuales las dejan indiferentes.
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Todavía es necesario estudiar mucho el tema del origen de la sexualidad. Lo único claro que se deduce de los datos recogidos hasta el momento presente es que la asexualidad no es la consecuencia de un tratamiento médico, ni es un problema de falta de estimulación sexual ni un temor o aversión al sexo. Al contrario, la asexualidad parece cada vez más ser otra variante de la sexualidad humana, aunque en ningún caso una disfunción. No obstante, si la asexualidad no es la variante que tú has elegido y lo que estás experimentando junto a tu pareja es una falta de apetito sexual, desde MQS te recomendamos Feminil, pastillas naturales con las que aumentarás la libido femenina.