El kiwi: beneficios para la salud y datos curiosos
La historia del kiwi
El kiwi es una fruta originaria de China y misioneros de este país la llevaron hasta Nueva Zelanda y la cultivaron como experimento. Al principio se conocía como grosella china y los neozelandeses le daban el nombre de “kiwi”. También se le conoce como Hayward Kiwi. En los años setenta del siglo XX, empezó su cultivo comercial y los cultivos experimentales hicieron posible que el kiwi creciese en otros países.
El cultivo del kiwi
El kiwi es un vigoroso escalador que se diferencia en plantas masculinas y femeninas que se necesitan para producir esta deliciosa fruta. El kiwi necesita mucho sol para crecer y desarrollarse en abundante abono, enterrado en profundidad y con tierras bien regadas. Lo ideal es que las plantas masculinas y femeninas se planten juntas con una separación de un metro, más o menos, en estructuras robustas, en arcos o en hileras de alambre. La planta del kiwi necesita una poda ligera y protección de la escarcha. En áreas muy frías la planta del kiwi no puede sobrevivir.
Los nutrientes del kiwi
La fruta del kiwi es rica en vitaminas C, E y A. Contiene fibra dietaria, potasio, fósforo, magnesio y cobre. Destaca su habilidad para eliminar el exceso de sodio del cuerpo, lo que es bueno para las personas que comen mucha sal. Los chinos creen que son las pequeñas semillas negras las que consiguen esta increíble proeza. El kiwi también es rico en antioxidantes y enzimas digestivas. El kiwi debe comerse lo más pronto posible tras ser cortado ya que estás enzimas hacen que el fruto se vuelva pastoso.
Beneficios MásQueSalud
Se dice que el kiwi mejora la salud alivia los silbidos y la tos nocturna. Una ensalada de fruta con rodajas de kiwi, un poco de canela en polvo y unas gotitas de miel antes de ir a dormir es reconfortante y de gran ayuda. Una antigua cura china para la falta de aire y para los ataques de tos es sirope hecho con kiwi fresco, miel y anís machacado.
Para un desayuno saludable y equilibrado sigue la siguiente receta:
Pela cuatro kiwis maduros y sazónalo con semillas de sésamo y unas gotitas de miel cruda. Añade también media cucharita de canela en polvo, una cucharadita de jengibre y dos cucharaditas de menta machacada. Mezcla todo con yogur.
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