El mejor café: café casero mejorado
Si lo que más te gusta de las mañanas al levantarte es una buena taza de café humeante, estás de suerte. El café, con su alto contenido en antioxidantes y nutrientes esenciales, tales como la riboflavina, el ácido pantoteico, el manganeso y el potasio puede ser un excelente añadido a nuestra dieta. Un consumo regular de café en cantidades razonables ha sido asociado a un menor riesgo de padecer diabetes del tipo 2, Alzheimer y algunos casos de cáncer. Hay algunas cosas muy simples que podemos hacer los muy cafeteros para optimizar al máximo esos efectos beneficiosos de nuestra sagrada taza de café de las mañanas….o de la sobremesa:
1. Mejor siempre café de cafetera hecho en casa
Lo mejor es siempre hacerse un buen café en casa y procurar evitar los brebajes que a veces se sirven en los bares, cafeterías y esas cadenas de café que tan de moda se están poniendo ahora. Además, al ir haciéndotelo en casa podremos ir explorando por nosotros mismos el apasionante mundo del café con sus diferentes variedades y tuestes. Opciones en el supermercado no nos faltan y además, nos ahorraremos un buen dinero.
2. Mejor usar agua filtrada
Una taza de café está compuesta en un 98,75% de agua, así que para conseguir el mejor café casero, lo mejor es usar también la mejor agua posible. Al filtrar el agua del grifo, se elimina el cloro, con lo que claramente se mejora el sabor. Pero al mismo tiempo eliminaremos elementos que están presentes en casi todas las aguas que se suministran a las viviendas, entre las que suele haber arsénico, plomo y metales pesados como el mercurio. Hay varias formas de filtrar el agua, desde instalar un sistema de filtro y purificación a simples jarras filtradoras y filtros que fácilmente se enganchan o concretan al grifo. También puede recurrirse al agua embotellada para preparar el café, pero en este caso procuraremos que sea agua mineral (de fuente propia de la embotelladora. ¡Ojo, que no todas lo son! Con agua filtrada o mineral embotellada no solo mejoraremos muchísimo el sabor de nuestro café. también evitaremos los riesgos que conlleva la acumulación –a lo largo del tiempo- en nuestro cuerpo de elementos como el cloro, arsénico o mercurio.
3. El mejor café: el ecológico
¿Hasta qué punto es necesario comprar y consumir café ecológico (también llamado orgánico por algunas marcas)? La verdad es que si, sobre todo si somos consumidores habituales de café y queremos tomarlo de la forma más saludable posible. Una de las formas de asegurarnos de ello es preparar nuestro café usando granos de café cultivados ecológicamente. La mayoría del café que consumimos normalmente se cultiva usando cantidades ingentes de pesticidas y otros productos químicos, por lo que no hay manera de asegurarnos que ningún residuo de estos productos se cuele en el café en grano o ya molido. Los cultivos ecológicos (llamados orgánicos en muchos países) cumplen estrictos controles en este sentido a fin de obtener la certificación correspondiente, que es la garantía que nosotros tendremos a la hora de comprar el paquete de café.
4. Mejor café solo
Sin leche y sin azúcar. Que no cunda el pánico. No vamos a ser puristas – eso de tomar el café negro sin nada añadido, a no ser que sea así como os guste, no suele ser lo habitual. Pero hay muchas maneras de disfrutar de un café cremoso y dulce sin tener que recurrir a utilizar para ello azúcar refinado o leche, con su lactosa y sus grasas saturadas.
Por ejemplo, podemos echar al café otras leches, como por ejemplo leche de coco no azucarada o leche de almendras, que enriquecerán el café con sus altas concentraciones de aceites vegetales saludables.
5. Recomendación MásQueSalud: Mejor comer algo, antes o con el café
La cafeína del café acelera la absorción del azúcar por el flujo sanguíneo del cuerpo y como consecuencia, se libera insulina. Dado que la función primordial de la insulina es acelerar la transformación de la glucosa en energía, el hecho de tomarse café con el estómago vacío puede causar una repentina caída de los niveles globales de azúcar en la sangre. Esto puede llevar en casos extremos a una caída general de energía corporal, una manera no muy razonable de empezar el día. Comer algo antes de tomarse el primer café, aunque sea una galleta, siempre nos ayudará a evitar el impacto negativo de repentinos golpes de insulina en el flujo sanguíneo.
6. Mejor saborearlo lentamente
En muchas culturas, el café se disfruta más como un ritual, más que como un hábito y puede que haya una buena razón para ello, demás de saborear cada momento de la vida. Ingerir demasiada cafeína en un tiempo demasiado corto puede llevar a una sobrecarga de ella, que afectará al sistema nervioso. En vez de tragarnos el café con prisas y haciendo mil otras cosas a la vez, hay que tomarse el tiempo necesario para sentir los sabores y a aromas del café. Al hacerlo lentamente, también despertaremos nuestros sentidos e iremos sintiendo como el café empieza a hacer efecto en nuestro cuerpo. ¡Una forma mucho mejor de empezar cualquier día!
Aunque estemos habituados a tomarnos varias tazas por la mañana, disfrutar de un buen café hecho en casa de esta manera es capaz darnos la energía que necesitamos y además, de llenar nuestros sentidos de experiencias placenteras y agradables. ¡Hasta puede que nos cambie a algunos nuestro (mal) humor matinal!