Infección vaginal ¿u otro problema?
Todas sabemos de la existencia de la infección vaginal femenina y lo más seguro es que en algún caso se haya padecido candidiasis o infección por hongos. También existen otros problemas frecuentes con síntomas diferentes a la infección vaginal y de los cuales no tenemos apenas conocimiento. Por ejemplo, la aparición de pequeños bultitos, sensaciones de calor en la zona genital, picores o dolores localizables, todos ellos sin explicación aparente.
Si padecéis algunos de estos síntomas, la información que os vamos a proporcionar os va a ser muy útil para localizar un posible problema vaginal. Infección vaginal… ¿o no?
Problemas que no son la infección vaginal que conoces
Vulvodinia
La vulvodinia es un dolor en la vulva que persiste en el tiempo (puede llegar a ser crónico) y que no está causado por ninguna infección o alguna otra condición médica. No se está seguro al 100% de sus causas, pero el dolor podría deberse en algunos casos a factores hormonales.
En otras ocasiones, parece estar relacionada con inflamaciones, siendo una reacción de los nervios que cubren la zona a heridas o contusiones. Finalmente, la vulvodinia se presenta también si el sistema nervioso que cubre la zona de la vulva es más denso de lo normal. En cualquier caso, lo que se siente es un dolor punzante que va y viene o una sensación de picores y quemazón, o todo a la vez. Todo esto acompañado de un malestar general de difícil definición.
La vulvodinia sigue siendo bastante misteriosa para los médicos, porque aparece de forma totalmente aleatoria, que es precisamente lo que dificulta relacionarla con alguna causa u origen específico. Se ha estudiado incluso su relación con el ejercicio, las relaciones sexuales o la ropa muy apretada puesto que podrían ser las causantes, aunque no se ha podido llegar a datos concluyentes.
Algunas mujeres padecen de Vulvodinia Generalizada (VG), que define la dolencia cuando este dolor y/o molestias aparecen en cualquier zona de la vulva sin seguir una pauta concreta. La segunda variante es el llamado Síndrome de Vestibulitis Vulvar (SVV), en el que el dolor, aunque aparezca sin seguir una pauta, se presenta únicamente en la zona llamada médicamente abertura vestibular, es decir, la zona justo alrededor de la entrada a la vagina.
En el caso de presentar síntomas de este tipo, lo recomendable es acudir al médico puesto que la única manera de diagnosticar este problema es descartando cualquier otra posible causa del dolor, como por ejemplo una infección vaginal.
Por el momento, no existe una única forma de diagnosticar este problema por lo que lo recomendable es aliviar el dolor evitando aquello que nos lo genera como por ejemplo, ropa interior demasiado ajustada, o evitar estar sentada demasiado tiempo. Es algo a establecer entre el especialista y tú. Utilizar parches de frío también puede ayudarte así como analgésicos recetados por el médico.
Tricomoniasis
En este caso estamos hablando de una enfermedad de transmisión sexual bastante frecuente. El causante es un diminuto parásito llamado Trichomonas. Cuando se padece por una mujer, puede aparecer un flujo espumoso y amarillento acompañado de irritación vaginal. El problema en éste caso: también se puede padecer con cero síntomas. Para que nos hagamos una idea: según el Centro Norteamericano de Control de Enfermedades infecciosas, unos 3,7 millones de norteamericanos (hombres y mujeres) están o han sido infectados con el parásito trichomonas y únicamente un 30% de todos ellos/ellas muestran algún síntoma.
Para tratar este problema es recomendable consultarlo con un médico especialista. En nuestro caso, analizará nuestro flujo vaginal para detectar o descartarla presencia del parásito. Lo bueno es que la tricomoniasis es fácilmente tratable con antibióticos, que también deberá tomar tu pareja. Y durante el tratamiento, hay que interrumpir las relaciones sexuales.
Vaginosis Bacteriana(VB)
La Vaginosis Bacteriana se diferencia de otras infecciones por el hecho de que no está causada por un agente externo. De hecho, es un desequilibrio fuerte en la composición de la flora bacteriana natural presente en nuestra vagina. Tampoco se sabe en éste caso qué es específicamente lo que causa este desequilibrio repentino entre las bacterias “buenas” y las “malas” de nuestra flora natural vaginal, pero se sospecha de excesivas duchas vaginales y/o un cambio frecuente de pareja sexual. El síntoma es un flujo de color grisáceo y maloliente. Es una dolencia bastante frecuente, que se puede padecer incluso cuando no se tiene ninguna actividad sexual.
La principal solución es acudir al ginecólogo y no probar a arreglarlo con remedios caseros que nos hayan podido comentar. Es muy importante determinar que lo se padece es realmente una vaginosis bacteriana y no una infección vaginal por hongos o una enfermedad de transmisión sexual. Generalmente, la vaginosis es más molesta que peligrosa (en ocasiones, hasta desaparece por sí sola), pero aun así, es mejor tratarla con antibióticos para asegurarse de su desaparición completa. Y esto por una razón muy sencilla: aunque la vaginosis bacteriana en sí misma sea más molesta que peligrosa, puede hacerte más vulnerable a otras infecciones mucho más graves, incluido el SIDA. También puede ocasionar problemas en un embarazo.
Bultos y quemazones locales
¿En la auto-exploración has descubierto unos bultitos que no puedes identificar? Para empezar, no es motivo para entrar inmediatamente en estado de pánico. Muchas veces simplemente es un pelo que ha crecido hacia el interior, sobre todo si nos rasuramos o depilamos la zona.
En otras ocasiones se deben a una dolencia llamada Quiste de Bartholin. Tenemos dos glándulas de Bartholin en el interior de la vagina: son las que segregan el fluido lubricante para el coito. Pero como toda glándula, se pueden taponar y/o inflamar y en ocasiones, estas glándulas inflamadas terminan infectándose. Algo parecido puede ocurrir también con otra glándula interna de la vagina llamada de Skene.
Si el causante de la molestia es un pelo mal crecido, una compresa caliente que abra el poro suele bastar para solucionar el tema. La señal de alarma estará causada por un crecimiento rápido de la zona inflamada acompañado de dolores, o si la zona en cuestión, sin llegar a crecer, se enrojece cada vez más y se vuelve muy sensible. En este caso, se trata de señales que podrían indicar la existencia de una infección, por lo que conviene consultar con un médico. Si lo que padeces es una infección grave de las glándulas de Bartholin o de Skene, el médico quizás se vea obligado a drenarlas quirúrgicamente.
Varicosidades vulvares
Es exactamente a lo que suene: venas varicosas en la vulva, tanto en los labios como en cualquier otra zona de la misma. En caso de padecerlas, se siente una presión más fuerte de lo normal y un malestar en la zona al tiempo que, al igual que en las piernas o tobillos, se hacen visibles unas protuberancias venosas azuladas. Las varices vulvares son más frecuentes durante el embarazo (y más frecuentemente aún, en segundos embarazos). Están causadas por la presión que ejerce el tamaño y el peso del útero, lo que lleva a un mayor flujo sanguíneo en la zona, lo que a su vez puede en ocasiones hacer que la sangre se estanque o retenga en las venas de la vulva. Si además estamos de pie durante prolongados espacios de tiempo, se suele agravar el problema.
Si estás embarazada, lo mejor es tumbarte, poner en alto las piernas y relajarte lo más que puedas. En caso de embarazo, las varices generalmente desaparecen tras el parto. También puede servir de ayuda nadar, ya que la natación relajará la presión que ejerce el útero sobre las venas y mejorar el flujo sanguíneo, así como las compresas frías sobre la zona. Pero si las varices surgen durante un embarazo y no desaparecen tras el parto, lo mejor es acudir al médico. En estos casos, las venas inflamadas pueden tratarse fácilmente mediante escleroterapia, que supone inyectarles una solución salina para que se cierren y desaparezcan.
Vaginismo
¿Te causa un dolor tremendo el introducir alguna cosa en la vagina –una compresa, el espéculo de los médicos durante el control médico rutinario, incluso el pene de tu pareja? Posiblemente sufras de vaginismo, una dolencia que hace que cualquier penetración de la vagina sea dolorosa. Puede llegar a ser un dolor tan extremo que el mero hecho de imaginarse o la sugerencia de la penetración ya causa un tremendo sufrimiento. Porque las penetraciones físicas o la mera idea de la penetración lo que hacen es que los músculos de la vagina y de la pelvis se contraigan espasmódica y dolorosamente. Obviamente, el vaginismo supone un enorme problema para el coito y las relaciones sexuales: a muchas mujeres, las súbitas contracciones musculares y el dolor asociado con ellas les hacen del todo imposible el mantener relaciones. No están claras las causas de la dolencia – parece ser que podrían estar relacionadas en muchos casos con abusos sexuales sufridos en el pasado, aunque también pueden deberse en ocasiones a determinadas heridas sufridas anteriormente en la zona pélvica.
Si sufres este problema, en primer lugar debes superar tu vergüenza y tus reparos (no es agradable comentar el tema) y explicárselo a un médico. Sólo un ginecólogo puede ayudarte a volver a disfrutar del sexo sin sufrir dolor. Claro que la solución no es fácil en la mayoría de los casos: por lo que se ha explicado arriba sobre la causa más frecuente, muchas veces es necesario combinar un tratamiento físico con uno psicológico para llegar al origen último y poder solucionarlo. En casos leves y no psicológicos, puede ayudar el practicar los ejercicios Kegel (control de los músculos pélvicos mediante contracción y relajación).
En el caso de tener ciertos problemas al mantener relaciones sexuales, desde el blog os recomendamos el bálsamo natural para mejorar la libido femenina. Te animamos a que si sufres principio de vaginismo, te quites los reparos que tengas y te animes a innovar en tus relaciones con Feminil Instant.
Por favor..q puedo hacer..retengo el 36%de orina y tengo unos dolores en mi vegija.y me duele muchisimo el clitoris..y al orinar..x favor q puedo hacrr
Hola Alexandra,
deberías acudir a un médico inmediatamente para que te haga un diagnóstico personalizado.
Un saludo