La fuerza del yoga para despertar tu potencia sexual
El sexo puede es símbolo de conexión, amor, diversión … pero sea cual sea su significado, ¡el sexo es más agradable si se produce un orgasmo durante el mismo! Una práctica de yoga puede ayudar a cualquier persona a despertar las partes más “dormidas” del cuerpo, haciendo de ellas algo más vivo y sexualmente receptivo.
Cuando practicamos yoga utilizamos todos los músculos del cuerpo para sostenernos y cambiar de posturas, al tiempo que nos centramos en una respiración profunda, lo que provoca que nos olvidemos del mundo exterior y nos mantengamos conectados con lo que está sucediendo dentro de nosotros.
Los músculos del suelo pélvico juegan un papel muy importante en la satisfacción y la potencia sexual. Si están demasiado apretados, el sexo puede ser doloroso; si son débiles, la probabilidad de alcanzar el orgasmo disminuye en gran medida. Por eso, las posturas de yoga dirigidas a la activación, estiramiento y fortalecimiento del suelo pélvico pueden, realmente, llevar la satisfacción sexual a un siguiente nivel. Te presentamos algunas posturas diseñadas para despertar a todo el cuerpo, y especialmente los músculos del suelo pélvico.
Sentados hacia adelante
Siéntate en alto en posición de piernas cruzadas. Para hacerlo, podemos estar sentados en algo como una manta, un bloque o una almohada. Esta apertura interior del muslo es una buena manera de empezar a alargar los muslos internos, que tienen una relación directa con el suelo pélvico. Además, debes empezar a notar la respiración: llena el cuerpo a su máxima capacidad con la inhalación, pues al hacer esto comenzarás a estirar el diafragma y los músculos del suelo pélvico. Después, mantén recta la columna vertebral al exhalar hasta que todo el aire sale del cuerpo. Puedes repetir este proceso ocho veces, y luego doblarte hacia adelante para abrir los músculos de la cadera que soportan la pelvis. En esta nueva postura, realiza otras ocho respiraciones. Después vuelve a sentarte y repite el proceso con la otra pierna cruzada delante.
Baddha konasana
Siéntate con la espalda recta y las manos tocando tus pies. Con las manos, presiona los pies entre sí mientras tiras de los dedos de los pies hacia la parte superior de los mismos. Realiza entre seis y ocho respiraciones completas, y luego, manteniendo la longitud de la columna vertebral, dóblate hacia adelante. Esta postura favorece el ejercicio de los muslos internos y el suelo pélvico.
Bidalasana (gato/vaca)
Para este ejercicio debes colocarte a cuatro patas, con las muñecas en línea debajo de los hombros y las rodillas debajo de las caderas, manteniendo los brazos rectos y fuertes. Los brazos y los muslos serán tus pilares, y la columna vertebral se ondula como un puente colgante entre estos cuatro. Al inhalar aire, tu espalda tomará forma convexa. Al exhalarlo, saca el vientre y haz una curva cóncava. Con esta postura también se trabaja el suelo pélvico. Puedes probar realizando 10 ciclos de respiración.
Adho mukha svanasana (perro boca abajo)
Para despertar a todo el cuerpo, debes empezar en posición del perro boca abajo. Al inhalar el aire, desplázate hacia delante hasta llegar a una posición en plancha. En la exhalación, levanta el bajo vientre y mira de nuevo con la cabeza hacia abajo. Repite el proceso durante 10 respiraciones. Esta postura sirve además para calentar y estirar el cuerpo al comenzar a practicar yoga.
Utkatasana (pose de la silla)
Colócate como si te sentaras en una silla manteniendo el peso en los talones, con todo el pie apoyado en el suelo y lleva los brazos sobre la cabeza. Trabaja el bajo vientre imaginando que tienes que cerrar la cremallera de unos pantalones apretados. Mientras, realiza las respiraciones repitiéndolas entre seis y 12 veces. Esta postura activa el suelo de la pelvis y el levantamiento del vientre.
Garudasana (pose del águila)
Para realizar el ejercicio, debes comenzar en la pose de la silla. Después, cruza la pierna derecha sobre la izquierda como si se entrelazaran. Si tienes problemas con el equilibrio, simplemente cruza las piernas para poder mantenerte con ambos pies apoyados en el suelo. Lleva tus brazos hacia adelante y crúzalos entrelazándolos. Como en la pose de la silla, debes sentir tus caderas y tu vientre, activando y fortaleciendo los músculos del suelo pélvico. Después de respirar entre seis y ocho veces, cambia de lado del cuerpo.
Pose del puente
Acuéstate sobre tu espalda y dobla las rodillas de manera que tu espalda se levante del suelo y se alineen con los tobillos. Inhala mientras levantas las caderas y los hombros se quedan tocando el suelo. Repite durante seis respiraciones. Para hacer una variación en esta postura del puente, mantén la pose del puente y extiende una pierna hacia el cielo durante seis respiraciones y luego cambia de pierna. Repite el proceso tres veces. Esta postura fortalece en gran medida los músculos de la cadera que estabilizan y apoyan la pelvis.
Viparita Karani
Para realizar este último ejercicio también seguimos con la pose del puente. Coloca un bloque de la altura que prefieras debajo del sacro (si lo prefieres puedes hacerlo sin nada) y extiende ambas piernas hacia el cielo manteniendo en línea los talones y las caderas. Mantén la posición entre uno y tres minutos.
Estamos seguros de que con estos ejercicios de yoga además de reducir el estrés y ejercitar todo el cuerpo, lograrás fortalecer el suelo pélvico, algo importante para que las relaciones sexuales puedan ser más satisfactorias y aumentar así tu potencia sexual.
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