¿Toda persona asexual se masturba y tiene fantasías?
Toda persona asexual se define por tener una orientación caracteriza por una falta de apetito sexual. Según estudios, se cree que alrededor de un 1% de la población sufre asexualidad.
Esto no está considerado una dolencia médica o un problema de estimulación sexual ni inhibición causada por el acto sexual pero tampoco se conoce la causa exacta. Según investigaciones, se sugiere que lo más probable es que sea un orden biológico lo que hace que las personas sean asexuales.
Según la naturaleza de la asexualidad, se supondría que las personas que la sufren, no practican la masturbación o no tienen fantasías sexuales pero según un último estudio publicado por la revista Canadian Journal of Human Sexuality, no tiene por qué ser necesariamente el caso ya que no hay unas pautas claras en relación a las expresiones sexuales autosuficientes de este tipo de personas.
En esta investigación, los expertos en la materia de la Universidad de la Columbia Británica, llevaron a cabo un estudio online con participantes tanto activos sexualmente como asexuales. Ambos realizaron un cuestionario relacionado con los hábitos de masturbación, actividad sexual y frecuencia de la misma.
La muestra representativa de personas activas sexualmente se basó en 187 individuos (de media de 31 años) tanto homosexuales, heterosexuales como bisexuales, que también declararon no tener problemas a la hora de expresar su opinión y costumbres sexuales.
La muestra de personas asexuales consistió en 534 individuos (de una edad media de 24 años) que se habían categorizado como asexuales. También se recogieron datos sobre personas con bajo deseo sexual y de aquellas que cumplían con un desorden de hiperactividad sexual o actividad sexual extrema.
Los resultados que se obtuvieron en el estudio fueron sorprendentes incluso para los propios investigadores.
Más de la mitad de los encuestados asexuales indicaron que sí se masturbaban y al menos una vez al mes, frente al 82% de los participantes activos sexualmente. De esta manera, el resultado es que las personas asexuales se masturban menos que las activas pero que también es una práctica que se da en este colectivo y es común en ellas.
Igualmente, el 60% de las personas asexuales dijeron haber tenido fantasías alguna vez, frente al 98% de las activas sexualmente. Está claro que las personas asexuales tienen menos fantasías pero no son infrecuentes. También aquella muestra asexual, reconoció que otras personas aparecían en sus fantasías siendo solamente un 11% quien reconocía que no aparecía nadie, en comparación con el 0,5% de las personas activas.
Solamente un 20% del total del grupo asexual indicó no practicar masturbación ni tener fantasías sexuales y un 11% tenía fantasías pero no se masturbaba, frente a un 50% de los asexuales que realizaban ambas cosas.
Estos resultados de la investigación, muestran que tanto la masturbación como las fantasías sexuales son menos comunes entre personas asexuales que entre aquellas activas sexualmente, pero que un porcentaje relevante de ellas sí se masturba, tiene fantasías o ambas cosas.
Estas conclusiones que implican estos resultados hacen que los investigadores tengan que profundizar en el futuro puesto que puede indicar que la masturbación y las fantasías pueden ser diferentes en las personas asexuales. Por ejemplo, analizar el hecho de que se produzca la masturbación pero que no se tengan fantasías sexuales puede indicar que haya una actividad “no dirigida” en estos individuos, todo lo contrario a lo que sucedería con las personas sexualmente activas en las que entra en juego una capacidad imaginativa y de fantasías para conseguir la excitación.
De la misma manera, ¿qué implica que una persona asexual tenga fantasías con actos sexuales en las que aparecen otras personas?
Es evidente que se necesita investigar más este tema porque todos estos resultados se enfrentan a lo que estaba establecido hasta ahora con relación a la asexualidad: que no implica por definición una ausencia de expresión sexual.
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