Meditación y sexo: más relacionados de lo que pensamos
Como terapeuta sexual, me encuentro con muchas mujeres cruzando la puerta de mi consulta para explicarme que simplemente no entienden toda esa relevancia que se le otorga al sexo. Por eso recomiendo la combinación de meditación y sexo, por la cantidad de ojos que abre la primera al segundo. Muchas de estas pacientes se encuentran inmersas en maravillosas historias de amor, pero de alguna manera no alcanzan a ver la importancia del sexo como uno de sus componentes.
Una de las primeras cosas que aprendo de estas mujeres es que realmente nunca se han tomado el tiempo necesario para explorar sus cuerpos y descubrir así qué es lo que las haría disfrutar del sexo. Quizás sea consecuencia de una especie de resaca patriarcal. Además, muchos traumas se transmiten a lo largo de generaciones y ello obliga, según parece, a que las mujeres deban guardar los asuntos relacionados con su sexualidad bajo siete llaves. Es muy importante también que conozcáis los 5 pasos para ser feliz y tener una vida plena de MásQueSalud, porque la felicidad debe construirse desde los cimientos.
En cualquier caso estoy sorprendida de cuántas mujeres no le ven el punto a tener relaciones sexuales. Mi primera estrategia es la de animarlas a meditar, puesto que la meditación frecuentemente resulta muy positiva para la vida sexual. Aquí les paso una serie de puntos a considerar con relación a la meditación y sexo:
1. Meditación y sexo: Vuelve a tu propio cuerpo
Una de las primeras sugerencias que hago a mis pacientes femeninas es que comiencen a practicar la meditación, lo que generalmente me lleva a animarlas a iniciar una primera sesión de meditación guiada en mi consulta. Con ello quiero enseñarlas a percibir cuándo una se siente parte de su propio cuerpo. Recuerdo que la primera vez que pasé por un escáner, me impactaron profundamente las sensaciones que provenían del interior de mi propio cuerpo. Sentirme parte de mi cuerpo era algo desconocido para mí.
Aprender a percibir conscientemente el propio cuerpo es una cuestión vital para comenzar a entender el placer potencial que puede estar escondido en el sexo. Cuando sentimos que formamos parte de nuestro propio cuerpo, estamos abiertos a inesperadas sensaciones nuevas y es bastante probable de que también seamos plenamente conscientes de lo que rechazamos a partir de ese momento. Abrazar y asumir nuestras sensaciones físicas es vital para poder disfrutar del sexo.
2. La meditación te ayuda a disfrutar del momento.
Disfrutar de buen sexo también es igualmente esencial para disfrutar del momento en sí. Lo importante es el camino, no el punto de destino. Vivimos inmersos en una sociedad centrada sólo en alcanzar objetivos, a veces hasta un punto agobiante, pero la verdad, parar en un determinado momento, reducir la marcha y la velocidad para así sacar a la luz lo que pasa en cada momento marca la diferencia a la hora de disfrutar o no de las sensaciones que proporciona el sexo. Muchas veces resulta muy difícil aplicar esta máxima, dado que nuestro cerebro está en continua hiperactividad y siempre, siempre encuentra otras cosas con las que distraerse. Y éste es otro de los puntos en los que interviene la meditación: aprender a ignorar potenciales elementos de distracción de nuestras mentes. En paralelo, educar nuestra respiración es igualmente importante para una buena práctica de la meditación.
3. La meditación te ayuda a que aprendas a controlar tu respiración
Lo que escucho todo el tiempo a mis pacientes femeninas decir es que nunca llegan a alcanzar el orgasmo, aunque lo intenten con todas sus fuerzas. Intentarlo – ésa es la palabra clave para acercarse al placer. Si mantenemos conscientemente a nuestro cuerpo anhelando a alcanzar algo determinado, lo único que provocaremos es el estrés como respuesta. La meditación nos enseña a respirar profundamente. Normalmente, cuando nos acercamos al orgasmo tendemos a respirar entrecortadamente, tensando con ello el cuerpo. Si practicamos esta respiración profunda durante el acto sexual, cambiarán radicalmente las sensaciones placenteras que percibimos. Debemos aprender y ser conscientes de que a la larga, el respirar y relajarse adecuadamente intensificara nuestras sensaciones y multiplicará el placer que sentimos.
4. La meditación te ayudará a sentir libre de ideas preconcebidas.
Muchas mujeres simplemente se cierran en banda justo cuando comienzan a percibir lo bueno, ya sea emocional o físicamente. Parece como si fuera muy arriesgado permitir que nosotras mismas sintamos cosas placenteras. La meditación nos enseña simplemente a percibir las sensaciones, ya sean físicas o emocionales que se producen, sin más. Y es aquí es donde se producirá la gran transformación. Ser capaces de sentir sin estar bajo la presión de ideas y juicios preconcebidos es el primer paso para abrirse a más sensaciones nuevas, desconocidas. Se trata de librarnos de ideas preconcebidas en relación a lo que en un momento dado debe sentirse o no y estar abiertas a la llegada de sensaciones nuevas. Todo ello puede cambiar totalmente todas nuestras percepciones…y abrir las puertas a un gran placer.
Las mujeres que han añadido la meditación a su rutina diaria y la hacen formar parte de su vida sexual me comentan con frecuencia que gracias a ella están descubriendo formas y lugares en sus relaciones sexuales que les proporcionan un placer extraordinario. Llegar a ser parte de nuestro cuerpo, sentir y experimentar cada momento vivido, respirar, relajarse y librarse de ideas y juicios preconcebidos aporta unas enormes ventajas a las experiencias en general en la vida, y está demostrado.
Autora: Gia Ravazzotti
