Perder la virginidad: ¿cómo se manifiesta en las mujeres?
Existen muchos mitos acerca de perder la virginidad tanto en hombres como en mujeres pero muchos de ellos son erróneos. En el caso de las mujeres sobre todo existen varios mitos que no siempre son ciertos cuando mantienen relaciones por primera vez, sobre todo se relacionan con el himen o con el sangrado.
Himen
El himen juega un papel vital al perder la virginidad en una mujer. Es un tejido más de la anatomía femenina que cubre parcialmente la apertura de la vagina. Su tamaño puede variar de mujer a mujer puesto que cada persona tiene una fisionomía diferente en distintos aspectos del cuerpo. Expertos han analizado y han llegado a diferenciar incluso 7 tipos de himen.
Algunos tienen una apariencia redondeada (himen anular) y otros están divididos en dos mitades (aseptado). Otros muestran pequeñas aperturas (cribiforme) y en otros casos no muestran ninguna apertura (imperforado). En este caso en el que el himen no tiene ninguna apertura, es necesaria la intervención quirúrgica puesto que impide la salida del flujo menstrual.
Al perder la virginidad mediante una primera penetración, a veces el himen puede permanecer intacto. También puede desaparecer antes de ese momento por diferentes motivos: golpes, masturbación, deportes de riesgo, etc. El hecho de que haya distintos tipos de himen juega un papel importante. De hecho, varios estudios han mostrado que casi el 60% de las mujeres tienen el himen intacto aunque ninguna de ellas había mantenido relaciones sexuales. Por lo tanto, es bastante normal que las mujeres carezcan de himen aunque no hayan mantenido relaciones sexuales con penetración.
Sangrado
Otro de los mitos sobre perder la virginidad es el sangrado. Se dice que durante la primera penetración se produce una pequeña hemorragia en la mujer como consecuencia de la ruptura del himen. Esta creencia está tan generalizada que incluso en Oriente Medio y en algunas zonas de África las mujeres son despreciadas si no sangran en su noche de bodas por lo que incluso refuerzan o aumentan el sangrado para evitar este hecho.
Según estudios realizados, el 60% de las mujeres no sangran en la primera relación sexual y esto se debe a esos diferentes tipos de himen y a la flexibilidad de cada uno puesto que varían. De igual manera es igual de probable que una mujer sin himen sangre como consecuencia de ciertas relaciones demasiado fuertes o ciertas patologías médicas.
En conclusión, en contra de los mitos populares no hay signos visibles que muestren si una mujer es virgen o no pero a pesar de ello estas creencias están tan extendidas en distintos lugares del mundo que incluso la mujer misma pone en juego su vida para restaurar su himen antes del matrimonio puesto que como hemos visto, puede romperse por diferentes motivos, no necesariamente la penetración.
En otras culturas antes de perder la virginidad se insertan en la vagina cápsulas de silicona para asegurar el sangrado y mantener el honor de la familia cuando una mujer se casa.
Estas creencias y mitos varían de cultura a cultura estando en muchas de ellas demasiado arraigada la tradición de la virginidad y de la mujer pura y casta hasta el matrimonio. En cambio en otros países sucede lo contrario: una mujer virgen hasta cierta edad está mal visto. En estas culturas el placer se convierte en lo principal del sexo, dejando a un lado la virginidad o los compromisos matrimoniales.
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