Qué son las alergias primaverales y qué podemos hacer contra ellas
Ahora que muchos árboles y plantas están en plena floración, comienzan a picarnos los ojos y empezamos a toser y/o estornudar. Por esto, es importante entender qué son las alergias y qué puede ayudarnos a combatirlas. He aquí unas cuantas preguntas relacionadas con las alergias primaverales que se plantean con mucha frecuencia y que vamos a intentar responder.
¿Cómo diferenciar la alergia del resfriado?
Un resfriado es causado por un virus, que cuando consigue penetrar en nuestro organismo nos hace sentir abatidos y doloridos, nos congestiona la nariz, produce una fiebre de baja intensidad y en algunos casos, ocasiona tos con mucosidad. Por el contrario, las alergias primaverales se limitan a afectar a la garganta, cabeza, ojos y en ocasiones, los oídos – el resto de cuerpo no se ve afectado. Son nuestros glóbulos blancos los que combaten el virus del resfriado y eso es lo que nos hace sentirnos tan cansados y abatidos. La alergia lo único que nos hace sentir son picores y muchas molestias en garganta, ojos y nariz.
Este cansancio de tanto estornudar a veces causa en nuestro cuerpo un estado de estrés continuo y nerviosismo que podemos paliar gracias a complementos alimenticios relajantes como son las nuevas Zen Pills que podréis encontrar muy pronto en MQS:
Nunca antes hemos tenido alergia primaveral. ¿Por qué ahora?
Las alergias pueden surgir a cualquier edad. El que aparezca a una determinada edad cuando nunca antes se ha tenido alguna no indica nada anormal. Es simplemente una reacción defensiva del cuerpo.
¿Cómo tratar esta molesta alergia primaveral?
En la terminología médica, la alergia primaveral común se denomina rinitis alérgica y se refiere a la alergia causada por el polen – polen floral, de hierbas y de árboles para ser más exactos. El medio más efectivo para hacer frente a sus síntomas son los medicamentos antihistamínicos y que se pueden obtener sin necesidad de receta en cualquier farmacia.
Hay que recordar aquí que el polen puede adherirse a nuestra piel y que se pega también a nuestras ropas. Se adhiere también a las alfombras, a las cortinas o incluso al pelaje de nuestras mascotas. Por lo tanto, si tu alergia es muy fuerte, es mejor cambiarse de ropa cuando se vuelve a casa y de la calle. En caso de estornudos y picores oculares muy fuertes, una buena ducha también ayuda, ya que elimina el polen adherido a la piel o al cabello. Con eso y un antihistamínico debería ser suficiente para obtener un respiro con los síntomas.
Si tu alergia es muy fuerte y dependes completamente de los antihistamínicos en temporada “alta” de alergia, lo más recomendable es que te tomes la o las pastillas con el desayuno, antes de salir de casa. Te ayudará el resto del día.
¿Hay alguna forma de prevenir la alergia?
En algunos casos, cuando la reacción alérgica tiende a ser muy fuerte, se recomienda comenzar a aplicarse sprays nasales con esteroides al menos tres meses antes del comienzo de la temporada. Estos sprays ayudan a las fosas nasales a absorber menos polen, por lo que llegado el momento, reducirán considerablemente los síntomas. A mucha gente le basta con éste tratamiento preventivo. En casos extremos, serán necesarios tratamientos más potentes y permanentes, generalmente vacunas y siempre tras consulta con el alergólogo.
El proceso de vacunación es un poco farragoso, puesto que antes de aplicarla hay que establecer exactamente a qué tipo de polen se reacciona alérgicamente. Pero tiene una ventaja, ya que una vez aplicada, evita el uso de antihistamínicos, que suelen tener algún efecto secundario menor como por ejemplo, una cierta somnolencia (en algunos casos, no en todos).
Para los temerosos de la vacuna y las agujas, conviene decir aquí que las vacunas más novedosas son sub-linguales (unas gotas debajo de la lengua).
¿Existen alergias peligrosas para la salud e incluso la vida?
Hay reacciones alérgicas muy serias que incluso pueden causar shocks y muerte – la alergia al cacahuete, por poner un ejemplo entre otros. Pero, aunque están al alza en todo el mundo, afortunadamente siguen siendo casos aislados. Para empezar, cualquier persona aquejada de una alergia alimentaria, como por ejemplo la alergia al cacahuete, debe evitar el producto completamente. Como tampoco sabemos qué contienen exactamente muchos alimentos elaborados, estas personas deberán llevar consigo y siempre a mano y una dosis de adrenalina en forma de pastilla o ampolla, dosis que hay que renovar con cierta frecuencia dado que su fecha de caducidad es muy corta.
Estas mismas pautas se aplican a otros tipos de alergia mucho más serios que la primaveral, como por ejemplo, la alergia a las picaduras de abeja. Son, además, casos de alergias para un control por parte de un especialista médico y no para auto-tratamientos.
Existen otros casos de alergias (cada vez más numerosas) como a ciertos animales. Alergias a los gatos, por ejemplo, aunque mejor habría que decir a los pelos de gato, también son casos a determinar por un alergólogo.
Hay muchas teorías sobre la causa de este crecimiento de este tipo de alergias: la alimentación de las embarazadas y sus restricciones, o la dieta de los bebés en el caso de las alergias alimentarias, el medio ambiente en general en el caso de las demás, etc. Nadie ha dado todavía con la respuesta, pero lo cierto es que las alergias han llegado aquí para quedarse y que están creciendo cada vez más. En cualquier caso, la típica alergia primaveral no cae dentro del grupo de reacciones potencialmente peligrosas como las alergias alimentarias.
¿Cuándo estamos ante una reacción alérgica grave?
Cuando nuestro organismo detecta un alérgeno en potencia -como por ejemplo, la picadura de una abeja o un grano de polen – nuestro sistema inmunológico se activa de inmediato y pone en marcha sus mecanismos de defensa. Normalmente, el sistema inmunológico “graba” las características del elemento alérgeno y crea una defensa rápida y eficaz, por lo que no notaremos ningún efecto. Las alergias se producen en determinadas personas cuando su sistema inmunológico, por alguna razón, libera demasiada histamina para combatir el elemento alérgeno, lo que afecta principalmente a las vías respiratorias.
La gran mayoría de las alergias son muy leves y más que nada molestas – entre ellas, la típica alergia primaveral de la que hemos comenzado hablando. Nada que ponga en peligro nuestra vida. Son simplemente una reacción de nuestro sistema inmunológico, que siempre está ahí para protegernos.